Hipertensión y entrenamiento de fuerza son dos conceptos que durante años han generado cierta controversia.
Si tienes presión arterial alta o hipertensión, muchos médicos piensan que no deberías estar siguiendo un plan de entrenamiento de fuerza; este no es el caso, escriben investigadores de la Universidad Católica de Brasilia en el Journal of Strength and Conditioning Research, pues según un estudio el entrenamiento de fuerza en realidad tiene un efecto positivo en las personas con hipertensión, abriendo la controversia.
¿Qué tipo de entrenamiento es mejor para la hipertensión?
Ya sabíamos que el ejercicio aeróbico o mixto puede ayudar a prevenir la hipertensión, y las personas que ya lo tienen, pueden reducirla un poco al comenzar a entrenar más; las indicaciones de que el ejercicio de resistencia, por ejemplo, 40 minutos de ciclismo a una intensidad del 60% de VO2max, ayuda a reducir la hipertensión son fuertes.
Sin embargo, se sabe menos sobre los efectos del entrenamiento de fuerza sobre la hipertensión, aunque sabemos que, durante las series con carga pesada, la presión arterial puede dispararse.
Para las personas con vasos sanguíneos vulnerables, el pico temporal de la presión arterial puede ser demasiado, aunque hay estudios que sugieren que una buena técnica de respiración y el uso de medicamentos para bajar la presión arterial pueden ayudar a aplanar este pico.
También sabemos que la presión arterial disminuye un poco en la primera hora después de una sesión de entrenamiento de fuerza, en personas con presión arterial normal y en aquellas con hipertensión.
Estas conclusiones fueron publicadas en el 2001 en el Journal of Strength and Conditioning Research, lo que sugiere que el entrenamiento de fuerza podría tener un efecto positivo sobre la presión arterial, pero en el caso de los brasileros, querían saber si aunque se tome medicamentos, existirían variantes a tomar en cuenta al trabajar con mujeres hipertensivas.
¿El entrenamiento de fuerza tendría un efecto positivo?
¿O las mujeres estarían mejor haciendo ejercicios moderadamente intensos?
Para responder a esta pregunta, los investigadores hicieron que las 32 mujeres adultas, todas con hipertensión, desarrollaran un entrenamiento de fuerza 3 veces por semana durante 4 meses; las mujeres entrenaron a los principales grupos musculares en cada sesión, haciendo 10 ejercicios básicos simples: flexiones de lat, extensiones de piernas, press de pecho, abducción de cadera, flexiones de piernas, prensas de piernas y levantamiento de pantorrillas.
Realizaron 3 series de cada ejercicio.
Comenzaron con el 60% del peso con el que solo podían manejar 1 repetición, y aumentaron gradualmente hasta el 80%.
Un grupo de control no realizó ningún entrenamiento.
Los resultados se publicaron así: cuando las mujeres no tomaban medicamentos contra la hipertensión arterial, su presión sistólica (presión durante el latido del corazón) era superior a 140 mmHg y su presión diastólica (la presión entre dos latidos del corazón) era superior a 90 mmHg. En este escenario, se observó que la presión arterial sistólica en reposo en el grupo experimental disminuyó en 14,3 mmHg y el efecto fue estadísticamente significativo, además la presión arterial diastólica en reposo disminuyó en 3,6 mmHg aunque no fue del todo significativo.